ACOMPAÑANDO A CRECER

Para acompañar el desarrollo de la niñez, hoy en día nos enfrentamos con muchos paradigmas que nos han dejado las generaciones anteriores. Hoy hablaré de dos de ellos que, en mi opinión, son obsoletos, porque lejos de ayudarnos a conectar y acercarnos, generan distancia y desconexión en la relación.

“El agua no ofrece resistencia. El agua fluye. Siempre va a donde quiere, y al final nada puede oponerse a ella. Las gotas de agua pueden erosionar la piedra. Recuerda que eres mitad agua. Si no puedes atravesar un obstáculo, rodéalo. Es lo que hace el agua”.

Margaret Atwood

Para acompañar el desarrollo de la niñez, hoy en día nos enfrentamos con muchos paradigmas que nos han dejado las generaciones anteriores. Hoy hablaré de dos de ellos que, en mi opinión, son obsoletos, porque lejos de ayudarnos a conectar y acercarnos, generan distancia y desconexión en la relación:

1.- “Tienen que obedecer”

¿Por qué tendrían que obedecer? ¿Quién dice que lo que tú dices es lo que tienen que hacer? ¿Quién te dio ese poder?

Cuando les enseñas a obedecer, básicamente, el mensaje que reciben es que hay que hacer lo que los demás dicen. La motivación para hacer las cosas, viene de afuera y no de adentro.

Es importante tener acuerdos de convivencia específicos para cada hogar, como los lugares de juego, espacios en los que está limitado su acceso, objetos que no pueden usar como juguetes y materiales que están permitidos para usarse. Tomando en cuenta esos acuerdos, pediremos que se cumplan y cuidaremos que no pongan en peligro su integridad física, ni la de otras personas.

Cuando esos acuerdos no se cumplen, usamos la empatía para entender por qué les está costando trabajo seguir ese acuerdo, validar lo que están sintiendo y confiar nuevamente en que pueden cumplirlos. La idea es no caer nuevamente en castigos y premios.

2.- “¡Pórtense bien!”

¿Qué significa portarse bien? ¿Qué es bien y según quién está bien?

Muchas veces confundimos esta idea de buscar la armonía en el hogar con pretender que las niñas y los niños se porten como si tuvieran nuestra edad. Querer que no griten, no lloren, no salten, no se peleen, no hagan desastres, no se ensucien, no se mojen es casi como pedir que no tengan infancia, que se trasladen directamente a la adultez.

Quizás lo que queremos es que tengan en cuenta nuestras necesidades de orden, respeto, espacio y paz mental, para lo cual mi sugerencia es que se las comuniquemos de diferentes maneras, poniendo ejemplos como: “cuando yo estoy trabajando en mi computadora, es muy importante para mi tener silencio a mi alrededor, también veo que para ti es importante expresar tus emociones, ¿podrías salir a gritar en el jardín?”.

Tener en cuenta nuestra intención es muy fundamental, porque no es lo mismo pretender que no haya ruidos en la casa, que pedir espacio y silencio durante cierto periodo de tiempo (tomando en cuenta que no en todas las edades, tienen noción clara del tiempo).

¿Qué otros paradigmas o creencias consideras obsoletas? Si quieres, comenta abajo y comparte con las personas que crees que podrían aprender algo de este artículo.

En mi artículo anterior https://alternativo.mx/2021/01/un-lenguaje-alternativo-para-la-vida-diaria/ hablo sobre los 4 componentes básicos de la Comunicación No Violenta.

Y, a continuación te cuento brevemente sobre mi taller en línea, Crianza con Empatía:

En el Taller “Crianza con Empatía” buscamos romper con los paradigmas de dominación que están afectando a la humanidad para crear nuevas formas de acompañar, cuidar y respetar la infancia desde el amor y la ternura.

Algunos temas son:

· Colaboración en lugar de dominación.

· Conectar en vez de corregir.

· Empatizar antes que educar.

· Desapego al Resultado en vez de “a mi manera o no hay manera”.

· Respetar en lugar de imponer.

· Tener un propósito familiar como guía.

· Crear Acuerdos en conjunto en lugar de someterles a Reglas impuestas.

Aquí puedes ver el temario completo (enlace a página de Crianza con Empatía)

Dirigido a: madres, padres, maestras, maestros, abuelas, abuelos y personas encargadas de acompañar la infancia.

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